Querida hija,
Hoy es un día muy especial para ti, para mí y para toda nuestra familia. Hoy haces tu primera comunión y te conviertes en un miembro más de la iglesia. Quiero que sepas que estoy muy orgullosa de ti y de la persona en la que te estás convirtiendo.
Recuerdo cuando eras pequeña y te llevaba a misa contigo. Siempre te preguntabas por qué teníamos que ir a la iglesia y qué significaba todo lo que decían en la misa. Ahora, años después, entiendes el verdadero significado de la comunión y lo importante que es para nuestra fe.
Quiero que sepas que siempre estaré aquí para apoyarte en todo lo que necesites. Siempre estaré a tu lado para guiarte en tu camino y ayudarte a tomar las decisiones correctas. Espero que siempre mantengas tu fe y que sigas creciendo como persona y como cristiana.
Te quiero mucho, hija mía. Que este día sea el comienzo de una vida llena de amor, paz y felicidad.
Tu madre